Tus Escritos

Educación sexual para lesbianas

A 5 mm de otros labios es muy difícil pensar, nos volvemos instinto y piel. De 0 a 100 en cuestión de segundos, la temperatura sube y la ropa empieza a sobrar. Pero, y ahí es donde metemos el freno de mano, porque si la niña a la que estas a punto de besarle la sonrisa vertical no es más que un polvo de una noche, tenemos que ponernos a pensar en que, a lo mejor, ese rato de placer nos cuesta caro en el futuro.

Aunque no es demasiado común que las enfermedades de transmisión sexual se esparzan entre lesbianas, puesto que nuestras relaciones sexuales son ligeramente menos “invasivas” que las relaciones heterosexuales o entre chicos gays, ciertamente no estamos exentas de pasar un susto o un mal rato con una ETS. ¿Te acuerdas de tus clases de educación sexual en el colegio? Te apuesto lo que quieras a que no te contaron como se cuidan las mujeres que tienen sexo con otras mujeres.

Si eres una lesbiana hecha y derecha y todavía no te has enterado, querida lectora, aquí vengo en tu rescate. Si eres una nena que apenas se está iniciando, bienvenida, ponte cómoda, relaja la pelvis y disfruta.

Látex, látex y más látex…  Cuidando el cuerpo

Aunque parezca obvio es súper importante que, primero que nada, te laves las manos con jabón, ese es el paso uno. Otra cosa importante y obvia es que mantengas las uñas cortas para no lastimar a tu pareja a la hora de ponerte manos a la obra. Lo que no es tan obvio es que, para la penetración, recomiendan utilizar dediles o guantes de látex. Los dediles son interesantes porque se pueden conseguir con varias texturas, así que pueden ser una opción divertida y variada para jugar. No te olvides del lubricante; cuando hay látex en medio este es imprescindible, y que sea SIEMPRE a base de agua. 

Para el famoso cunnilingus, mi especial favorito, existen campos o barreras bucales de látex que también sirven para hacer posiciones como las famosas tijeras. Estas pueden ser un poco complicadas de conseguir, pero la opción “hágalo usted misma” es cortar ambos extremos y un lado de un condón normal, femenino o masculino, y utilizarlo como una barrera.

Con respecto a los juguetes es sexuales, es muy importante recordar que hay que lavarlos y desinfectarlos con alguna solución antibacterial como el Gerdex. Si vas a compartir un juguete con tu pareja, la mejor opción es ponerle un condón cada vez que una lo utilice y cambiarlo cuando pase a manos de la otra.

Estos son algunos de los métodos más comunes, bastante matapasiones en mi opinión, pero absolutamente necesarios. ¿Quién no ha tenido un rollo de una sola noche? Para esas ocasiones podemos emplear cualquiera de estas estrategias.

Sin embargo, entre nosotras (y con todo el mundo) deberíamos normalizar hacerle una visita a nuestro amigo el ginecólogo antes de echar ese polvo. En mi opinión, esa es la mejor manera de estar seguras de que estamos sanas y que nuestra pareja sexual también lo está; además de que te ahorras ese montón de látex, que tiende a irritar nuestras partes suaves. Además, siempre tenemos la opción de evitar ciertas prácticas que son un tanto más riesgosas, como el cunnilingus. Es una forma de abstenerse sin abstenerse, pues hay mucho que podemos hacer con las manos.

Ah, y antes de que lo olvide: tener relaciones sexuales con tu pareja cuando está menstruando aumenta el riesgo de infecciones vaginales y de contraer una ETS, porque en ese momento del ciclo nuestro pH vaginal cambia y nos hacemos más sensibles. Así que bájale a la calentura y esos cinco días dedícate a consentirla.

Cuidando la energía

¿Sabías que, en algunas culturas, como el taoísmo, el sexo es considerado como un acto espiritual? Tiene lógica, puesto que en este tipo de enseñanzas se considera un intercambio de energía sublime que nos acerca a lo divino. A veces, tener esto en cuenta es una excelente forma de cuidarnos, especialmente del ojo inquisidor de la sociedad y a veces de nosotros mismos cuando nos miramos a través de ese prisma ajeno.

Lo primero que hay que aceptar es que todo tipo de sexo está bien siempre y cuando sea entre adultos y consensuado para que la experiencia sea plena; basta de juzgarnos a nosotros mismos y a los otros por disfrutar nuestra sexualidad de una forma diferente al status quo.

La mejor forma de disfrutar la plenitud de nuestra energía sexual es recordar precisamente eso: somos energía. Esto quiere decir que hay que escoger muy bien con quien compartimos nuestro ser. Encuentra una pareja sexual que te cargue de cosas positivas, de amor, emoción y vida.

El acto sexual nos permite nutrir nuestra alma, liberarnos y conectar a nivel físico y espiritual; debemos romper el paradigma de impureza y soltar las culpas que toda nuestra crianza nos ha impuesto. No es más que un acto de entrega total a otra alma y debe ser honrado y respetado. La culpa y el juicio no tienen cabida aquí.

También es importante mencionar que el orgasmo no debería ser el objetivo, sino la consecuencia del disfrute, de este modo nos quitamos presión y nos permitimos relajarnos y disfrutar sin un objetivo en mente.

El sexo es la única actividad humana que integra, o debería integrar, los cinco sentidos de forma simultánea, todos los canales quedan conectados y nos fundimos en un estado más puro, tal vez más cercanos a la divinidad. Escoge bien a tus parejas sexuales tanto para cuidar tu energía y tu espíritu como para cuidar tu salud física. Y recuerda: la energía sexual es la más poderosa que poseemos, pues es creadora y no se comparte con cualquiera. 

Namasté.

Autora: Hilary Escalante | @10_hilli

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